No es ningún secreto, el Celtic necesita marcar pronto en el campo y un ambiente muy duro en la grada. La llamada de jugadores y manager es clara y la afición ha de responder. A un día del partido de vuelta no valen críticas, ya habrá tiempo cuando el árbitro pite el final del partido. No vale decir lo que pasará o podría haber pasado. Si el Celtic no pasa habrá un año entero sin Europa para lamentarse.
La imagen de la grada el fin de semana en el Emirates muestra que tras un buen o mal equipo hay una grada y una afición espectacular. La imagen del campo es totalmente diferente. El Celtic es capaz de levantar un partido y marcar dos goles en 10 minutos luchando hasta el final o regalar goles por fallos defensivos excesivamente graves.
En lo deportivo es previsible que haya cambios en los Bhoys. Efraín Juárez apunta al centro del campo para impregnar de garra y coraje al equipo. El Celtic deberá salir al ataque y a diferencia del partido de ida, también es más que probable que otro delantero acompañe a Samaras desde el inicio. La conjura es clave: No cometer errores defensivos y marcar un gol rápido que levante al público.
El Celtic no se juega hoy una clasificación, se juega una temporada.
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